El cambio de uso está de moda. Dar un nuevo sentido a edificios que han dejado de servir para lo que inicialmente se construyeron, ofreciéndoles una segunda oportunidad.
Había una pequeña capilla de estilo neogótico en la ciudad de Cortrique, en Flandes, que por lo visto ya no era lo que en un día fue, y antes de tirarla abajo, perdiendo sin duda, un valor cultural en la ciudad, han decidido devolverla a la vida. Conservar su estructura y su espíritu, con un nuevo aire y un nuevo uso para que las nuevas generaciones puedan disfrutarla. Y así, ha nacido un hotel de tres habitaciones en un espacio, que antaño, estuvo dedicado a la oración.
Detrás, hay un gran trabajo de interiorismo, con líneas sobrias y pulcras, sin excesos, que te recuerdan que suelo pisas, pero con un aspecto totalmente renovado y adecuado a los nuevos tiempos.
Estamos acostumbrados, sin duda, a los cambios de uso, de local a vivienda, de fábricas a lofts industriales, de vivienda a local comercial, pero de capilla a hotel? Donde antes hubo oración, hoy hay una cama para dos. Es una apuesta arriesgada y un tanto irreverente, con resultado fascinante.
Imágenes via Het Verloren Gedicht
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