viernes, 15 de noviembre de 2013

Els Nous Encants

El pasado septiembre se inauguraron los nuevos Encantes, situados a pocos metros del emplazamiento antiguo. 

Los Encantes es uno de los mercados más antiguos de Europa, se cree que su actividad empezó allá por el siglo XIV, y hoy en día es una referencia en Barcelona en cuanto a la compra venta de todo tipo de objetos de reciclaje y de ocasión, recibiendo alrededor de 100.000 visitantes semanales. 

Aunque la remodelación no ha estado exenta de polémica, por el dispendio económico, alrededor de 56 millones de euros, y por los problemas sufridos en la obra, una inundación tras una tormenta pocos días antes de la inauguración, en mi humilde opinión yo creo que el nuevo mercado ha ganado mucho. 





























Los objetos que puedes encontrar ahora son exactamente los mismos que podías encontrar antes, la diferencia radica en el envoltorio. Y el envoltorio también es importante.

Los antiguos Encantes, tenían ya poco encanto. Situados en un descampado, allá donde miraras sólo veías objetos amontonados sin ton ni son, los puestos no eran puestos, se asemejaban más a chabolas, que se caían en muchos casos a trozos, y al darte un paseito por allí se respiraba un cierto aire decadente que invitaba poco a la compra. 

Presidido ahora por una gran marquesina de aluminio y zinc, el mercado tiene ahora un nuevo aire, más moderno, más urbano, los objetos que vendían antes, aunque son los mismos, ahora parecen mejores, de mayor calidad. Los puestos, habilitados en contenedores, y las tiendas tienen ahora un cierto orden, lo que hace que el paseo se haya vuelto más agradable. Y los nuevos restaurantes y los baños públicos son un plus para alargar la estancia.







































































































































































































La cubierta que está diseñada para el resguardo del sol y la lluvia, hace de espejo donde se refleja toda la actividad comercial y gracias a su gran altura el mercado sigue teniendo ese aire de mercado al aire libre.



















































Del antiguo mercado ya sólo queda un montón de ruinas que pronto formará parte de la compleja restauración de la plaza de les Glòries.











































































Seguramente habrá nostálgicos que echen de menos el antiguo mercado, y que piensen que el nuevo ha perdido su esencia, pero vivimos en un mundo en constante movimiento y no hay que tener miedo a dar un paso adelante. Renovarse o morir.

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